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Exposición Basura

El artista Nick Quijano lleva 31 años recogiendo basura de la playa Cascajo, en La Perla, para convertirla en piezas plásticas, artefactos que comentan sobre nuestra cultura, nuestros hábitos y nuestra responsabilidad social.

El 6 de diciembre de 2012 abrió sus puertas en el Museo las Américas su sexto trabajo: BASURA. Es una exposición antológica que reúne 160 piezas claves de su trayectoria escultórica y piezas recientes, tanto instalaciones monumentales como de mediano y pequeño formato, en las cuales se interpreta el origen, el destino y las consecuencias de nuestra convivencia con la basura. Es importante anotar que los seres humanos somos la única especie que produce basura y que la mayoría de estos desperdicios no son, al momento, biodegradables. Podríamos, entonces, inferir que la nuestra es la edad del plástico, de los derivados del petróleo, de los desechos imperecederos y contaminantes. El artista parte de este hecho para mostrarnos otra cara posible de la basura.

Hay unas reglas autoimpuestas que guían su proceso creativo: primero, todo el material a usarse debe ser “basura” tirada por el mar; segundo, debe estar gastado por una larga estancia en el agua, de modo que sea evidente la borradura de su identidad originaria; tercero, la obra deberá incorporar estas piezas en su totalidad– no puede haber ni mutilación ni ocultamiento de sus elementos. Esto permite que, en cada ensamblaje, nunca desaparezcan las formas y materiales originales con los cuales está hecho, algo que, para el artista, sería una violación de la integridad de los objetos. La construcción resultante goza, entonces, de una rica y productiva ambigüedad. En este sentido, la suela de zapatos engarzada de caracoles, la chapa de la botella desfigurada por la pisada o el enchufe carcomido por el tropezón con el arrecife siguen siendo identificables como suela, chapa y enchufe.

Uno de los presupuestos filosóficos que conecta los elementos expuestos lo es el que la basura no reconoce fronteras ni sentido de propiedad, es de todos y todas. Como tal, la exhibición expone conceptos que conciencien a la persona visitante, a través del impacto estético (quizá más elocuente que el verbal), de cómo nuestra cotidianeidad está intervenida por la basura y de qué posibilidades de reinvención estratégica podemos darle. Decididamente, BASURA invita a la discusión, al diálogo, a la controversia a lo largo y lo ancho de los distintos segmentos de nuestra sociedad. 

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