Una “pérdida de energía” no hablar sobre el cénit del petróleo
Por: María A. Juncos Gautier, MSEM
Luego de un debate entre el poder ejecutivo y el legislativo, el Gobernador firmó la Ley de Transformación y ALIVIO Energético de Puerto Rico (Ley Núm. 57 de 2014), dirigida a controlar los aumentos en la tarifa de la energía eléctrica, establecer una operación más transparente en la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), promover la generación de energía renovable y la eficiencia y calidad en el servicio. Sin entrar en los detalles de la Ley, muy necesaria para encaminar a Puerto Rico hacia el siglo XXI, durante el proceso de su discusión pública y aprobación nunca se mencionó el tema del cénit del petróleo.
Antes de aprobarse, se debatió sobre el monopolio de la AEE, sobre bajar el costo por kilovatio hora para impulsar la economía, sobre las plantas de cogeneración, que necesitan ser modernas y eficientes para controlar la contaminación ambiental, y sobre disminuir la dependencia del petróleo y diversificar las fuentes de energía eléctrica con energía renovable. Sin embargo, nadie mencionó el cénit del petróleo. Este tema se discute en muchos foros profesionales y académicos internacionales y yace tras la polémica de los altos costos de la energía eléctrica.
El cénit o pico del petróleo se describe como el momento en el cual se alcanza la tasa máxima de extracción de este oro negro, recurso no renovable, y la tasa de producción entra en un descenso final. Esto podría suceder a una escala local o mundial. Se basa en la teoría del pico de Hubbert, de Marion King Hubbert, un geofísico que predijo de manera precisa en 1956 que Estados Unidos tendría su pico de extracción entre el 1965 y 1970. Desde entonces, variaciones del modelo para predecir el cénit del petróleo se han usado para pronosticar el pico y declive de yacimientos petrolíferos en otros lugares del mundo, como también de otros recursos no renovables. La teoría se aprecia en una gráfica que ilustra cómo la tasa de explotación y producción de un recurso no renovable seguirá simétricamente una curva en forma de campana, o sea, su producción crece mientras el recurso es abundante, luego se estabiliza cuando el recurso comienza a dar señales de agotamiento y, finalmente, comienza a descender.
Personas y entidades especializadas tienen varios pronósticos para el cénit del petróleo a escala mundial. La Agencia Internacional de Energía declaró que la producción petrolera a escala mundial llegó a su pico máximo en el año 2006. Otras dicen que en julio del 2008, con la subida récord del precio del barril a $150.00. En ese año también se agudizó la crisis económica y sabemos que las crisis económicas están muy relacionadas con el alza en el precio del crudo. Algunas dicen que ocurrió en el 2010 y otras esperan que ocurra antes del 2020. Las más optimistas lo extienden hasta el 2040. Sea como sea, si no ocurrió, estamos muy cerca de los pronósticos.
Richard Heinberg, un reconocido y respetado experto en el tema -que visitó Puerto Rico en agosto del 2013 como orador principal de la actividad educativa Puerto Rico en un mundo en transición-, explica que el reto del cénit del petróleo no significa necesariamente que el petróleo está por agotarse, pues se continuarán encontrando yacimientos de este recurso no renovable por algún tiempo en el futuro. El reto es que estos yacimientos ya se encuentran en lugares más remotos y difíciles de acceder. En otras palabras, el petróleo que podíamos extraer de forma barata, sin mayores complicaciones tecnológicas ni políticamente conflictivas con otros países, se acabó. Por lo tanto, la tecnología y procesos que se tienen que usar para la extracción son mucho más complicados y costosos, además de los impactos ambientales de estas operaciones. ¿Se acuerdan del desastre ambiental de la plataforma Deepwater Horizon de la petrolera BP en el Golfo de Méjico en abril del 2010 que derramó alrededor de 4.9 millones de barriles de petróleo? Se considera al mayor desastre de esta categoría en los Estados Unidos. El Deepwater Horizon extraía el petróleo del lecho marino. Las exploraciones para extraerlo continúan en lugares tan remotos como el Ártico. A esto se añade el continuo aumento en el consumo y la población mundial. La brecha se hace cada vez más estrecha entre la disponibilidad del oro negro y las necesidades de una población mundial que sigue en aumento.
¿Por qué es importante entender las consecuencias del cénit del petróleo? Porque todo el sistema económico y urbano que hemos desarrollado está íntimamente ligado a la producción de energía con el petróleo. Nuestro estilo de vida moderno es posible gracias a este oro negro.
Aunque no nos demos cuenta, casi todo lo que hacemos en nuestra vida diaria está atado al uso de energía con combustibles fósiles. De hecho, la teoría del pico de Hubbert aplica a todos los combustibles fósiles, pues no son renovables. Esto implica que los precios para la producción de energía eléctrica con combustibles fósiles continuarán en alza. Si es así, también subirán los costos de todo lo que compramos en las tiendas y supermercados, los servicios médicos y de hospitales, la transportación en auto, bus, avión y barco y todos los costos de hacer negocio, por lo cual nuestro poder adquisitivo seguirá en declive. Las consecuencias serían devastadoras para la economía mundial si no aprendemos con suficiente tiempo a construir una infraestructura de energía renovable que supla las necesidades energéticas de los países desarrollados y en vías de desarrollo. Imagínense las consecuencias para las islas que dependen de las importaciones y tienen muy poca producción local, sobre todo de alimentos, como Puerto Rico.
Creo que la reforma que se acaba de aprobar con la Ley Núm. 57-2014 es un primer paso decisivo en la dirección correcta, aunque el cénit del petróleo no haya sido parte de la discusión pública. ¿Estaremos en negación? Esperemos que la ley dé frutos pronto. Ya hemos perdido mucho tiempo. Si no comenzamos a trabajar con nuestra resiliencia o capacidad de recuperación, los cambios que se avecinan conllevarán muchos sacrificios y conflictos.