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Negawatts…¡SI! Megawatts…¡NO!

Por: Dr. Fernando Abruña, FAIA

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En muchos frentes, prensa, foros públicos, instituciones privadas, gobierno etc., se discuten actualmente los beneficios de las fuentes renovables de energía en contraste con las fuentes fósiles. Se evangelizan los beneficios de la energía del sol, del viento, del mar y de los biocombustibles (entre otros) versus los costos económicos y ambientales del petróleo, el carbón y el gas natural. En estas discusiones, la natural fascinación que producen los sistemas fotovoltaicos y aerogeneradores con su potencial de cubrir nuestras necesidades energéticas puede ocultar lo obvio o como popularmente dicen… “¡hacer invisible el elefante en la sala!”

No por mucho madrugar amanece más temprano

El instalar sistemas de energía renovable como primera (y para algunas personas, la única) opción para reducir la factura de consumo energético es probablemente una estrategia equivocada. Antes de ponerle el vestido tecnológico al edificio, resultará más costo efectivo conservar energía mejorando la eficiencia de su envoltura térmica, la de sus equipos y enseres, y modificando nuestras conductas de consumo.

Amory Lovins, director/fundador del prestigioso Rocky Mountain Institute, en Colorado, ha popularizado su lema, y ahora casi mantra, “Negawatts en lugar de Megawatts”. Con ello quiere decir que resulta más económicamente viable conservar energía a través de la eficiencia y reducción en consumo antes que atender nuestras (aparentes) necesidades energéticas con sistemas sofisticados sin pasarlas por un filtro que determine cuán necesarias son.

$1=$5

Para que el público lector tenga un sentido de proporción, se estima que cada dólar que se invierte en estrategias de conservación y eficiencia equivale a cinco dólares en tecnologías como la de los sistemas fotovoltaicos o aerogeneradores. Resultará evidente que convendrá hacer los análisis necesarios para mejorar la conservación y eficiencia en nuestros edificios antes de decidir hacer inversiones en sistemas sofisticados de energía renovable. La estrategia a implantar será: conservar energía, mejorar la eficiencia de los edificios, enseres y equipos que utilizamos y luego mejorarlos aún más con el uso de sistemas de fuentes renovables de energía.

Baja eficiencia versus alta eficiencia

El siguiente ejemplo pondrá de manifiesto la importancia de la conservación y eficiencia energética en los edificios y ambientes construidos. En Puerto Rico, con bastante frecuencia, se estima la capacidad necesaria de un acondicionador de aire en aproximadamente 12,000 Btuh por cada 150 pies cuadrados de área a acondicionarse. Sin entrar en los detalles de cómputos, veamos los siguientes escenarios:

  1. Escenario de baja eficiencia: Suponiendo un acondicionador de aire con un valor EER1 (Energy Efficiency Ratio) de 10 y un uso diario de 10 horas, un sistema de 12,000 Btuh requeriría aproximadamente 160 pies cuadrados de paneles fotovoltaicos (que generan electricidad con la energía del sol) a un costo instalado de aproximadamente $7,000.

  2. Escenario de alta eficiencia: Con el uso de ocho pulgadas de grosor de material de aislamiento en el techo y el mismo acondicionador solo requeriríamos un sistema de aproximadamente 1,500 Btuh. El sistema fotovoltaico necesario para atender esta demanda energética será de aproximadamente 25 pies cuadrados de paneles a un costo aproximado de $1,050.

 

El lector podrá imaginarse cuánto más costo efectivo sería el sistema si, además de utilizar material de aislamiento en el techo, utilizáramos un acondicionador de aire de mayor eficiencia. Los ahorros son verdaderamente impresionantes, tanto si fuera a considerar una inversión de capital en un sistema de energía renovable como si sencillamente deseara reducir su consumo y factura energética mensual.

Cambios en conducta

Al cambiar nuestras conductas de consumo podemos lograr grandes reducciones en el costo de nuestras facturas mensuales de energía. Preguntémonos, ¿realmente hace falta tener tres pantallas plasma en su residencia?,¿tener encendido el acondicionador de aire 15 horas al día?, ¿tener dos neveras?, ¿dejar las luces encendidas? Al cambiar nuestros patrones de consumo podemos lograr economías que rondan cerca del 30% del costo mensual de energía. Si estuviésemos considerando un sistema de energía renovable, el lograr estos cambios en nuestras conductas podría significar reducciones en costos de sistemas de la misma magnitud.

Mejor apagado que encendido

Ya debe ser conocimiento de todo el mundo que las lámparas más eficientes en el mercado actual son las LED (Light Emitting Diodes). En comparación con una lámpara fluorescente (que a su vez es más eficiente que las incandescentes), una lámpara LED puede ser 25% más eficiente y tener una vida útil 10 veces mayor, pero la mejor y más eficiente lámpara LED no compara jamás con la eficiencia de la luz natural. Si puedo iluminar un espacio de forma natural, ¿por qué he de hacerlo con una lámpara eléctrica, aunque sea ésta la más eficiente? El uso de ventanas y tragaluces colocados en lugares estratégicos (como ilustramos en un número anterior de Corriente Verde) puede hacer la diferencia entre mantener “esa lámpara LED”…encendida o ¡apagada!

Índice HERS

Imagínense, lector y lectora, una casa cuya eficiencia energética sea de tal magnitud que la factura mensual de energía sea cero. Este tipo de vivienda ya existe en Puerto Rico (el autor vive en una de ellas) y no son viviendas altamente costosas o lujosas. Recientemente, la compañía Verde Homes de Puerto Rico construyó EcoHab, dos viviendas verdes de bajo costo, las primeras en el Caribe con la rúbrica Energy Star. La eficiencia energética de estas viviendas se mide a través de lo que se conoce como el índice HERS (Home Energy Rating System). Bajo este sistema, una vivienda de muy baja eficiencia energética tendrá un índice HERS de 150 puntos. Una vivienda convencional tendrá un índice de 100 y una energéticamente eficiente de 80. Las viviendas EcoHab tienen un índice HERS de ¡solamente 27! Si las personas usuarias de estas viviendas no encienden el acondicionador de aire y promueven el uso de la iluminación y ventilación natural, podrían ser viviendas con consumos energéticos netos de cero. El público lector quedará sorprendido al saber que el costo de venta de estas unidades EcoHab es de solo $99K.

En resumen, antes de invertir en nuestros edificios en sistemas de fuentes renovables, como los fotovoltaicos y aerogeneradores, resultará mucho más económicamente viable adoptar la conservación y la eficiencia energética como las estrategias iniciales a implantar.

1 El valor EER equivale a la cantidad de BTUs de calor que se pueden remover con una potencia de un vatio. Mientras más alto el valor EER, más eficiente será el acondicionador.

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