Eficiencia y Conservación Energética: Envoltura Térmica
Por: Jesús A. Garay, LEED AP, PMP, BSEE
Ante la incertidumbre global sobre los suministros de energía y el creciente debate sobre el calentamiento global, una idea sigue siendo clara: la mejor manera de reducir la huella ecológica de nuestra sociedad es aumentando la eficiencia energética de nuestros edificios.
La aplicación de tecnologías para el ahorro y la conservación de energía en edificios pueden provocar enormes reducciones en la demanda de combustibles fósiles y en las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorando nuestra salud ambiental, nuestro bienestar social y nuestra economía.
Ya que los edificios son responsables de aproximadamente la mitad de nuestro consumo de energía, sólo tiene sentido el diseñarlos y construirlos con un menor apetito energético.
Para bajar el consumo energético de un edificio es indispensable un diseño optimizado de su envoltura. El aislamiento de las paredes, el techo y las ventanas de baja transmisión termal son los componentes esenciales. Pero, en términos de rendimiento general, es aún más importante cómo todos esos componentes, mediante un diseño sistémico e integral, se combinan en una asamblea edilicia de alto rendimiento.
La envoltura del edificio sirve como la barrera más eficaz entre los elementos externos y el espacio de aire acondicionado dentro del edificio. El resultado final es mucho menos esfuerzo del sistema de ventilación del edificio para equilibrar las cargas impuestas por las condiciones exteriores. Esto provoca un menor consumo energético y ahorros sustanciales en gastos operacionales. La eficiencia energética de la envoltura del edificio también está estrechamente vinculada con el control y manejo de la humedad. Al reducir la cantidad de calor y de aire que se mueve a través de la envoltura, reducimos la capacidad de la envoltura de secarse después de mojarse.
La tecnología conocida en inglés como “Insulated Concrete Forms” o ICF es una tecnología clave porque proporciona una envoltura térmica ultra eficiente y muy duradera que mantiene a las personas ocupantes sanas y confortables. Son paneles de material aislante o “foam” a base de poliestireno expandido o EPS.
El aislamiento de EPS es un material inerte producido a partir de subproductos de petróleo y de gas natural. No contiene sustancias nocivas. EPS no tiene ningún valor nutricional para las plantas, animales o microrganismos, por lo tanto no se pudre y es altamente resistente al moho. No se descompone ni se desintegra. EPS puede contribuir a la construcción bioclimática y ayudar a obtener una variedad de puntos en programas de valorización verde como LEED en diversas categorías, tales como las de eficiencia energética, manejo de desperdicios y reciclaje, uso eficiente de materiales, calidad del aire interior, sitios sostenibles e innovación.