Cómo convertir tu casa en una vivienda ecológica
Dr. Fernando Abruña, FAIA Arquitecto
De los múltiples libros que he escrito sobre el tema de sostenibilidad, quizás la mayor omisión haya sido la de no haber hecho uno sobre el asunto que corresponde al título de este artículo. “Abruña…lo que usted dice sobre el diseño de viviendas ecológicas tiene mucho sentido, pero ¿qué puedo hacer con la vivienda que ya está construida… en la que vivo actualmente?” Ésta es la pregunta que con más y más frecuencia recibo de muchas personas que desean incorporase al movimiento de sostenibilidad. La pregunta no es nada trivial; después de todo hay una cartera de viviendas existentes mucho mayor que la de las que están por construirse. Además, los retos para convertir una estructura existente en una vivienda sostenible son mayores porque, probablemente, esa estructura fue diseñada y construida sin que se consideraran los criterios que definen un edificio sostenible. Tanto la forma como la orientación de la estructura, por ejemplo, son dos de los aspectos más importantes al momento de diseñar un edificio sostenible, pero, a la vez, los más difíciles de corregir o transformar luego de construido.
Con esto en mente, les presento una lista de medidas que el lector y la lectora podrán adoptar y adaptar para convertir su vivienda en una casa ecológica o “verde”. Las estrategias siguen, de forma general, los cinco criterios principales que el Concilio de Construcción Verde de Estados Unidos (US Green Building Council, (www.usgb.org) utiliza para determinar “el verdor” de los edificios. Éstos son:
el emplazamiento, el uso del agua, la energía y la atmósfera, los materiales y recursos y la calidad del ambiente interior.
Las recomendaciones están basadas en la relativa facilidad y costo eficiencia de su implantación.
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Sembrar árboles en las fachadas Sur, Oeste y Este de los edificios (en ese mismo orden de prioridad) para protegerlos de la radiación solar y, de esa forma, reducir el consumo de electricidad por concepto de acondicionamiento de aire. El Departamento de Recursos Naturales y el Fideicomiso de Conservación tienen programas mediante los cuales se pueden obtener semillas o plántulas gratuitas, por lo que el costo de esta estrategia es mínimo.
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Reducir las escorrentías de aguas de lluvia. Para reducir estas escorrentías, que afectan los sistemas de alcantarillado pluvial en las calles, es prudente sembrar vegetación autóctona que reduzca la posibilidad de erosión en los patios. El gasto en esta estrategia es exiguo si se hace inteligentemente, seleccionando el material vegetativo apropiado.
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Pintar el exterior del edificio con colores claros cuya reflexión de calor sea mayor de 75%. El color blanco de las páginas de esta revista tiene una reflexión aproximada de 85%. Esto sirve de guía al lector o lectora. Se pueden utilizar colores más obscuros o brillantes en paredes exteriores que estén protegidas del sol o en elementos estructurales, como columnas o vigas exteriores o el filo de aleros, que no irradien calor hacia el interior. El precio promedio de la implantación de esta medida sería de aproximadamente $0.75 por pie cuadrado de superficie de pared, incluyendo material y mano de obra.
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Pintar el techo de blanco con una membrana elastomérica que provea la mayor reflexión de calor posible. A esto se le conoce como un “techo fresco” (Cool Roof). Esta estrategia ayudará a reducir el paso del calor al interior de la vivienda. El costo aproximado para este tipo de membrana fluctúa entre $0.75 y $0.85 por pie cuadrado de superficie de techo. Puede esperar una reducción de hasta 10% en el paso del calor hacia el interior de la casa.
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Instalar material de aislamiento en el techo. Una opción un poco más costosa, pero mucho más eficiente para reducir el paso del calor desde el techo al interior de la vivienda, consiste en la instalación de material de aislamiento térmico. La espuma de poliuretano expandido es, quizás, el material más popular utilizado para estos fines. El costo aproximado es de $4.00 por pie cuadrado de techo en aplicaciones con espesor de dos pulgadas; tres pulgadas de grosor funcionarán aún mejor.
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Pintar los espacios interiores de colores claros y los plafones de color blanco. La alta reflexión del color blanco permitirá reducir la potencia de las lámparas interiores ya que mayor cantidad de luz terminará reflejada sobre las superficies de trabajo. El costo unitario por pie cuadrado será similar al de la estrategia #2.
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Aumentar la altura de los huecos de las ventanas. El tamaño más común de las ventanas en Puerto Rico es de 2’-6” a 3’-0” de ancho por 5’-0” de altura. Éstas se colocan a una altura de aproximadamente 3’-0” sobre el nivel del piso interior terminado. Si aumentamos la altura de la ventana para que se extienda desde el nivel de zócalo hasta el plafón, habrá más oportunidad de ventilar e iluminar de forma natural el espacio interior de la vivienda. Una altura apropiada para estas ventanas será de 6’-8” (la misma altura que una puerta estándar interior). En segundas y terceras plantas, será prudente hacer una consulta con un ingeniero o ingeniera estructural para saber si se puede derribar la pared debajo de la ventana. En ocasiones, estás paredes actúan como vigas de soporte del edificio. El valor aproximado de una ventana de celosías operables con rejas de seguridad fluctúa actualmente entre $15 y $20 por pie cuadrado.
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Abrir los montantes sobre puertas interiores. Los montantes abiertos permiten el paso de las brisas aun cuando las puertas estén cerradas, facilitando la ventilación natural en espacios interiores. El costo aproximado para implantar esta medida es casi insubstancial si el montante sobre la puerta consiste de un panel de madera. Bastará con remover el panel que cierra el montante sobre el marco de la puerta y hacer las reparaciones de terminación de rigor. El costo rondará cercano a los $20 por montante.
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Utilizar bermas o montículos de tierra al lado Oeste de la casa. En las paredes con orientación Oeste (muy castigadas por el sol) en viviendas de una planta y donde no se pueda extender la altura de las ventanas hasta el piso, se podrá mejorar la capacidad térmica de la pared utilizando bermas de tierra como material de aislamiento térmico. Sólo será necesario levantar un talud de tierra contra esta pared y sembrarlo. El costo de implantación será casi insignificante si tiene el recurso de tierra disponible.
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Abrir un hueco de ventilación sobre el espacio de la ducha/bañera en el baño: Esto permitirá la salida rápida del calor y la humedad que se acumula en los baños y que afecta nuestro confort en el interior de la vivienda. Permitirá además buena iluminación natural en el baño y una mejor ventilación del espacio. El hueco deberá tener un área de por lo menos un pie cuadrado y probablemente una barra de seguridad. La lluvia que pueda entrar por el hueco se recogerá en la ducha o bañera. El costo aproximado para esta mejora fluctuará alrededor de los $150. Alternativamente, se podrá instalar un tragaluz dotado de un cuello de celosías fijas. El tragaluz permitirá la entrada de luz, pero evitará la entrada de agua de lluvia. El cuello de celosías permitirá la salida del calor y la humedad y ayudará a ventilar el espacio interior. El costo aproximado para esta mejora será de cerca de $250. Si el baño está dotado de una ventana, esta estrategia funcionará aún mejor pues se promoverá la ventilación cruzada del espacio.
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Asegúrese de que el área de lavandería ocupe un lugar bien ventilado que no caliente demasiado la casa o requiera aclimatarse con un acondicionador de aire. Si la lavandería se encuentra en un lugar poco ventilado, puede añadir un ventilador de techo similar al que utilizan las “guaguitas” que venden comidas en la calle y que operan sin necesidad de energía eléctrica. El calor que se genera en el espacio interior hace que las aspas del ventilador se muevan automáticamente, extrayendo el calor hacia el exterior. El costo aproximado para esta mejora será cercano a los $150.
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Substituya las bombillas incandescentes por bombillas LED (Light Emitting Diodes): Las bombillas LED generan seis a ocho veces más luz que las incandescentes, consumiendo solamente una sexta u octava parte de la electricidad que las incandescentes. Al reemplazar las bombillas, utilice la siguiente regla de aproximación. Divida entre seis la potencia en vatios de la bombilla incandescente que desee reemplazar. Este será el valor de la potencia eléctrica necesaria de la lámpara LED que deberá obtener. Por ejemplo: Si la bombilla incandescente que desea reemplazar es de 100 vatios de potencia, entonces, si dividimos 100 ÷ 6, la bombilla LED de reemplazo necesaria será solamente de 17 vatios aproximadamente.
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Instalar aereadores o restrictores de agua en las duchas, lavabos y fregaderos: El baño es el lugar de la casa donde utilizamos cerca del 75% del agua que consumimos diariamente. Los aereadores mezclan el agua con burbujas de aire dando la impresión de que se está utilizando la misma cantidad de agua cuando, en realidad, gran parte del flujo es solamente de burbujas. Tendrá, además, ahorros de electricidad ya que consumirá menos agua caliente. Los aereadores pueden obtenerse en ferreterías a un costo de dos o tres dólares. Los restrictores reducen el volumen de agua, obligándola a pasar por un filtro lanzando finísimos chorros. La reducción en consumo de agua y energía es aún mayor que con los aereadores. Los restrictores pueden obtenerse a un costo aproximado de cuatro dólares.
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Reemplazo de enseres electrodomésticos: Al reemplazar enseres domésticos como lavadora, secadora, nevera u hornos de microondas, asegúrese de que estén identificados con el sello de Energy Star (programa de eficiencia de electrodomésticos de la Environmental Protection Agency), para garantizar que sean de alta eficiencia. Esta medida supone un ahorro aproximado del 20% de la energía que consumiría un equipo convencional equivalente y el costo de compra adicional no excederá el 5%.
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Reemplace el acondicionador de aire por uno con eficiencia energética no menor de 24. La razón de eficiencia energética (ESER: SeasonalEnergy Efficiency Ratio) mide la cantidad de BTU’s de calor que se remueven por cada vatio de potencia eléctrica que se utiliza en promedio al año. Por ejemplo, un acondicionador con un valor SEER de 12 utilizará un vatio de potencia para remover 12 Btu’s de calor, mientras que uno con un valor de 24 utilizará el mismo vatio de potencia, pero removerá 24 Btu’s de calor. El costo adicional de un acondicionador de aire más eficiente no deberá exceder el 5% del costo de uno de poca eficiencia.
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Instale un calentador solar de agua: Esta medida hace innecesario quemar combustible fósil para suplirle electricidad al calentador, ayudando a reducir las emisiones de gases que ocasionan el cambio climático. El costo promedio de un calentador solar instalado en Puerto Rico para una familia de 5 miembros ronda los $2,500. En apartamentos de condominio, un calentador de línea es la opción recomendada si la instalación de uno solar no es posible. El costo aproximado de un calentador de línea instalado es de $300.
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Instale un sistema de cosecha de aguas de lluvia: Una casa promedio en Puerto Rico tiene el potencial de capturar entre 30,000 y 50,000 galones de agua al año. Un sistema con canalones para atrapar las aguas del techo hacia una cisterna con capacidad de 600 galones debe costar unos $800 sin incluir el costo de mano de obra. Este es un proyecto que usted mismo puede hacer con poco esfuerzo.
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Elimine las cargas fantasmas: La mayoría de los enseres electrónicos continúan consumiendo energía aun cuando están en la posición de apagado (“Off”). A este consumo adicional se le conoce como cargas fantasma. Para evitar estas cargas, utilice un “Power Strip” dotado de un interruptor. Cuando abandone el lugar donde utilice los equipos electrónicos, oprima el interruptor del “Power Strip” a la posición de apagado. Esto evitará las cargas fantasma. El costo de este aditamento fluctúa entre ocho y 15 dólares.
Opciones verdes de carácter operacional
En muchas ocasiones, pensamos que para convertir una casa convencional en una sostenible tenemos que hacer grandes inversiones de tiempo y dinero. Nada más distante de la verdad. La realidad es que tenemos muchas opciones y oportunidades de conservar recursos y energía y mitigar nuestro daño al ambiente haciendo cambios en nuestro estilo de vida. Sólo debemos hacer las cosas de una forma diferente. A continuación, enumeramos una serie de estrategias de poco o ningún costo que le ayudarán a reducir su huella ecológica y convertir su casa actual en una sostenible.
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Acorte el tiempo de tomar una ducha a 5 minutos y utilice la ducha para bañarse en lugar de llenar la bañera.
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Quince minutos son suficientes para calentar el agua con un calentador eléctrico antes de bañarse.
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Al lavarse los dientes o al afeitarse, cierre la llave. Ahorrará tres (3) galones de agua cada vez que lleve a cabo esta operación.
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Antes de abandonar el baño, asegúrese de que las llaves estén bien cerradas y sin escapes. Una gota persistente ocasionará pérdidas mayores a 2,000 galones de agua al año.
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Lave la ropa con agua fría de esta forma economizará energía. Existen detergentes de alto rendimiento que hacen innecesario el uso de agua caliente para lavar la ropa.
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Seque las tandas de ropa una detrás de la otra, para aprovechar el calor remanente en la secadora. De esta forma, la segunda tanda secará más rápido. Recuerde limpiar el filtro entre tandas para mejorar la eficiencia de la secadora.
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Evite el planchado adquiriendo ropa que no lo requiera. Si va a planchar, saque el tiempo para planchar grandes tandas, reduciendo el consumo eléctrico requerido para recalentar la plancha que, de otra forma, se haría necesario con tandas más pequeñas.
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Para reducir el consumo de agua, ajuste el nivel de agua de la lavadora a la cantidad de ropa que introduzca en ella. Las lavadoras “inteligentes” lo hacen por sí solas. Asegúrese de que las mangas de la lavadora no tengan escapes.
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Recuerde que puede utilizar el agua del enjuague de la lavadora para lavar patios y marquesinas.
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Al comprar detergentes, utilice los concentrados. Estos reducen el consumo de detergente y, al utilizar empaques más pequeños, generan menos desperdicios y disminuyen los gastos de transporte.
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Para reutilizar las aguas grises (aguas usadas más limpias que las aguas negras) de las duchas y lavabos para el riego de plantas, asegúrese de utilizar detergentes y jabones que no tengan fosfatos. Se consiguen fácilmente en el supermercado, inspeccionando la etiqueta del producto.
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Reduzca el abrir y cerrar las puertas del refrigerador y del congelador, para conservar el frío.
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Al hacer la compra, reúna todos los alimentos de nevera para colocarlos en ella de una sola vez y para que estos alimentos sean los primeros en guardarse. Esta práctica reduce la pérdida de frío y acorta el período de tiempo para que la nevera vuelva a una temperatura estable.
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Para obtener la mayor eficiencia energética, asegúrese de que el refrigerador esté en 40°F y el congelador en 0°F.
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Al utilizar el lavaplatos, evite el uso de agua caliente utilizando detergentes de alta eficiencia
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Contrario a la percepción común, una lavadora de platos consume 37% menos agua que un fregadero.
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En la medida de lo posible, utilice un horno de microondas en substitución de una hornilla eléctrica. Los hornos de microondas son, por lo menos, 12 veces más eficientes que una estufa eléctrica.
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Al utilizar el horno, no lo abra durante el periodo de cocción: la pérdida de calor puede ser de hasta 50%, alargando el tiempo de cocido y, de paso, el consumo eléctrico. Cuando cocine, mantenga la olla tapada; los alimentos se cocinarán más rápidamente y se consumirá menos energía.
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Asegúrese de podar los árboles para que ramifiquen sobre los 8 pies de altura y así evitar entorpecer el paso de las brisas.
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Para mejorar la ventilación natural en el interior de la casa, es fundamental proveer una ruta de entrada y salida para las brisas permitiendo de esta forma la ventilación cruzada. Es importante mantener abiertos huecos de ventanas (o puertas) en lados opuestos del espacio que se desee ventilar.
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Visite los siguientes sitios en la Internet para conseguir información adicional: www.aae.gobierno.pr, www.energystar.gov
Como habrá visto nuestro público lector, son muchas las estrategias disponibles a los consumidores para convertir su casa en una vivienda más sostenible y responsable con el ambiente. Utilice su imaginación y creatividad para explorar otras opciones…¡porque las hay!
¡Saludos Sostenibles!