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La espeleología y la protección y conservación de cuevas

Por: Marie Montes

Presidenta Junta de Directores Sociedad Espeleológica de PR

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Cuando escuché por primera vez la palabra “espeleología” fue difícil volver a repetirla y, sobre todo, no entendía todo lo que implicaba el término. Sólo sé que desde niña soñaba realizar esas travesías, y cuando la vida me lo permitió no dejé pasar la oportunidad, quedando atrapada con las experiencias de este mundo subterráneo maravilloso.

Según la Real Academia Española, espeleología significa la ciencia que estudia la naturaleza, el origen y formación de las cuevas, su fauna y flora. Esta definición no describe lo que realmente hacemos. También se estudia la hidrología, la agrimensura en cuevas y la arqueología. En otras palabras, para ser un espeleólogo(a) se espera que la persona estudie y se capacite en todo lo relacionado a los sistemas cavernarios.

Algunas personas que visitan cuevas solo realizan actividades de recreación en naturaleza. Esta es por cierto una de las actividades más riesgosas que existen, razón por la cual las personas que organizan estos recorridos deben estar debidamente certificadas por las organizaciones acreditadoras de seguridad, primeros auxilios, rescate en cuevas y rescate en ríos. Entre ellas están: la Comisión Nacional de Rescate en Cuevas (NCRC), la Asociación Nacional para Búsqueda y Rescate (NASAR), Always Ready 24/7 y la Asociación Americana del Corazón. Usted debe solicitar sus certificaciones antes de salir de paseo, porque su vida puede estar en peligro.

También existe una comunidad científica local y de diversos países que realiza diferentes investigaciones en nuestros sistemas cavernarios. Se estudia la composición rocosa, la hidrología, la flora y la fauna variada, única en estos espacios donde no llega la luz del sol.

Es precisamente la labor de la pionera Sociedad Espeleológica de Puerto Rico, Inc. (SEPRI), capacitar a sus socios y socias para adquirir conocimiento y desarrollar destrezas en la exploración, en las técnicas verticales y en la documentación, agrimensura, protección y conservación de estos recursos. Cumpliendo esta misión para la protección de las cuevas, el Lic. José Martínez Oquendo, primer presidente de SEPRI, logró luego de 10 años de lucha que se aprobara la Ley 111 del 12 de julio de 1985 para proteger y conservar las cuevas, cavernas y sumideros en PR. Además, se ha brindado apoyo técnico y asesoramiento a diversas comunidades para la protección de sus recursos naturales, como por ejemplo, a PRO CUEVAS de Aguas Buenas, acción comunitaria de diversos sectores para la protección del área de captación del nacimiento del Río Caguitas.

Nuestros más recientes esfuerzos han sido dirigidos a la conservación de las cuevas, más bien a la limpieza y recogido de basura de las cuevas y sumideros. Las comunidades presentan serios problemas de recogido de basura y tienden a depositar sus desperdicios en los sumideros y cuevas cercanas a sus residencias. Durante el pasado año (2016) se llevaron a cabo cuatro limpiezas de cuevas gracias a la iniciativa de nuestro socio regular Carlos Artíguez “Bro” y la colaboración de muchas otras personas socias, compañeras y compañeros espeleólogos de otras organizaciones y estudiantes del Recinto de Arecibo de la Universidad de Puerto Rico. La primera de las cuevas que se limpió fue Cueva Mantilla ubicada en el área oeste de la Isla. Por primera vez, se utilizó un sistema de acarreo para extraer la basura de una cueva y se trabajó solo un área. En esta ocasión se hicieron arreglos para recoger las bolsas de desperdicios y disponerlas debidamente.

Con toda la experiencia obtenida en esta primera ocasión, la limpieza de Cueva Bonita al norte de la Isla fue otro acontecimiento. Se hizo contacto con las oficinas municipales de recogido de escombros y en un solo día se realizó todo el trabajo de limpieza. Además, se alentó a las autoridades a mantener el área limpia.

Aún no hemos concluido con los trabajos de la tercera cueva, ya que es una cueva con una caída de casi 200 pies. La cantidad de gomas y piezas de auto entre otras cosas es impresionante. Sólo logramos sacar más de 40 gomas y varios canastos llenos de escombros.

En Cueva Golondrinas la tarea se dividió inicialmente en una primera visita de inspección y una segunda para limpiar el área exterior de basura y maleza. En la tercera se instaló el sistema de acarreo más elaborado usado hasta el momento. Se contó con la participación del municipio, la ayuda de la Unidad de Rescate de Quebrada, Inc. y la colaboración de la Junta de Calidad Ambiental que dispuso de las gomas. Falta una última visita para concluir la tarea.

La cuarta limpieza fue una solicitud de apoyo y asesoría para otra de las organizaciones espeleológicas, la Fundación de Investigaciones Espeleológicas del Karso Puertorriqueño, para limpiar la Cueva Jaguar en conjunto con personas empleadas del Banco Popular. El banco apoyó con algunos recursos.

Nuestros recursos subterráneos son diversos, maravillosos, novedosos, atractivos, pero a la vez muy frágiles, altamente vulnerables e irremplazables. Es indispensable que todos y todas cuidemos con mucho esmero tan invaluable regalo de la naturaleza.

 

Para concluir comparto este pensamiento:

En una cueva, solo tomarás fotos, sólo dejaras las huellas de tus pisadas y únicamente matarás el tiempo.

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