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Dejemos una buena herencia

Por Valeria Mejías

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Como nieta de la fundadora de Corriente Verde y como heredera del planeta Tierra, con el pasar del tiempo me he dado cuenta de lo importante que es la educación ambiental a temprana edad. La falta de buenos currículos de educación ambiental en las escuelas limita nuestros conocimientos sobre el tema y nos mantiene ajenos a la seriedad del problema. No es hasta que llegamos a la adolescencia que se incluye un poco más de educación ambiental en las escuelas, aunque limitada. A ese ritmo, el futuro de la próxima generación estará en riesgo ya que los problemas solamente aumentarán con el pasar del tiempo si no ponemos de nuestra parte para que la situación mejore. 

Al paso que va la situación del ambiente, se podría decir que la futura generación la pasaría bastante mal. Entre otras, tendrá dificultades con los desastres naturales, su intensidad y la frecuencia con la que ocurren. El calentamiento global aumentará, habrá más calor y sequías y menos vegetación, lo que causará problemas respiratorios. Además de lo mencionado, hay una gran contaminación marina debido a las cantidades de basura que la humanidad deja en los cuerpos de agua. Se ha hecho una predicción de que para el 2050 el agua será más escasa y que habrá al menos un 40% de la población mundial que pasará por estrés hídrico. Dos de los problemas más graves que tendrá la futura generación en caso de no actuar con inteligencia sería la pérdida del agua y el calentamiento global, ambos, problemas que causarán a su vez escasez de alimentos y de viviendas seguras. 

 

Se acerca el tiempo de la futura generación y eso es algo que honestamente me asusta por el hecho de que siento que mis hijos e hijas son quienes tendrán que sufrir por las comodidades que sus padres y madres, abuelos y abuelas han tenido. ¿Qué es lo que quedará del ambiente para ellos y ellas? ¿Realmente pasará lo que dice la comunidad científica o, por el contrario, tendrá la próxima generación un mejor ambiente que el que tenemos actualmente? Al paso que vamos, esto deja de ser una interrogante y se convierte en una realidad: nuestros hijos e hijas tendrían escasez de agua, de comida, de vegetación y no tendrán un aire saludable. Los padres y madres hoy día no deberían estar pensando en qué bienes económicos le dejarán a su descendencia porque vale mucho más dejarles la herencia de un planeta saludable que sea su hogar, como lo fue de ellos y ellas. Con el pasar del tiempo baja la probabilidad de poder dejarles un buen hogar a nuestros hijos e hijas, pero hagamos el intento de hacerlo. 

Para poder ayudar a la próxima generación deberíamos enfocarnos en educación ambiental temprana, reciclar más, no botar basura en los cuerpos de mar, usar empaques biodegradables y evitar usar productos que afecten el planeta. Como joven adulta, le recomiendo al resto de la juventud que cuide el planeta Tierra para que su descendencia pueda disfrutar de él al máximo. De nada vale heredarle cosas materiales o propiedades que no podrá disfrutar si nuestro planeta no es saludable. Cambiemos la presente actitud por una actitud proactiva ya que el tiempo no está a nuestro favor para poder dejarles a nuestros hijos e hijas un planeta sano.

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