Cambio climático y salud: El caso de Puerto Rico
Por: Dr. José Seguinot Barbosa
El calentamiento global afecta la salud de la población de Puerto Rico y causa un aumento de las tasas de mortalidad y de morbilidad. También incrementa la vulnerabilidad de nuestra población. Los grupos de edad de alto riesgo, como las personas viejas y niñas no están preparadas para resistir temperaturas mucho más altas. Si se suman el calentamiento global y las islas urbanas de calor, las temperaturas podrían ascender hasta 5 grados Celsius por encima de lo normal. En Puerto Rico, se están registrando temperaturas altas extremas con mayor frecuencia que nunca antes. San Juan, por ejemplo, presenta un aumento térmico promedio de cerca de 4ºF comparado con las temperaturas de los años cuarenta. Igualmente Ponce y Mayagüez suelen registrar temperaturas más altas que en el pasado.
Se puede asociar una mayor frecuencia de enfermedades respiratorias y de cáncer en la piel con las condiciones de cambio global. Por ejemplo, el aumento en la prevalencia de asma, cáncer de la piel y de mayor incidencia de dengue en la población de Puerto Rico puede relacionarse con los efectos del cambio climático. La cantidad de ozono presente en nuestra tropósfera, combinado con una mayor cantidad de particulado, polvo del Sahara y cenizas del volcán Le Sofriere, en Montserrat, entre otros contaminantes, ha incrementado la cantidad de casos por afecciones respiratorias. A largo plazo, tratar todos estos casos conlleva un costo y una inversión mayor por parte de la ciudadanía y del gobierno (Tabla abajo).
Las personas científicas sostienen que el cambio climático produce temperaturas y lluvias extremas, con olas de calor, inundaciones y sequías. Estos cambios extremos producen, a su vez, efectos directos sobre la mortalidad y la morbilidad. Los recursos de agua y de alimentos se vienen reduciendo como consecuencia de la contaminación y del efecto de los eventos catastróficos extremos. Puerto Rico ha sido afectado por la escasez de agua y de alimentos básicos durante el paso de acontecimientos como el huracán Hugo (1989) y George (1998). En este momento somos muy vulnerables a los acaecimientos extremos y nuestra población en riesgo se incrementa cada vez más dado que hemos creado unas condiciones ambientales muy frágiles e inestables. Por ejemplo, actualmente en Puerto Rico tenemos más zonas inundables que antes porque hemos alterado los drenajes naturales.
Es fundamental crear conciencia de la magnitud del problema. Igualmente tenemos que educarnos y protegernos, así como disminuir el uso de gases de invernadero. Es necesario promover el uso de energías sostenibles y verdes mientras se protege el medio ambiente. Tenemos que establecer políticas y leyes cónsonas con atender el cambio climático para prevenir sus impactos en la salud y la morbilidad de la población. En síntesis, el cambio climático ya está con nosotros y debemos adaptarnos a esta realidad.
De acuerdo con los estudios que hemos conducido con respecto a este tema, entre las conclusiones específicas a las que podemos llegar como resultado de nuestros análisis se incluyen las siguientes:
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El cáncer por melanoma es más alto en la región suroeste de Puerto Rico y en San Juan, asociándose con el recalentamiento del área y la exposición al sol por las personas residentes.
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El asma es más alta en la región de salud de Bayamón porque es allí donde se recibe la mayor cantidad de contaminantes atmosféricos procedentes de San Juan, cargados por los vientos alisios.
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La mortalidad por asma es más alta en las grandes ciudades como San Juan, Carolina y Ponce y es más baja en los pequeños pueblos del interior montañoso.
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El dengue sube o baja según el patrón temporal de la humedad y la temperatura. Los meses más calurosos (agosto, septiembre y octubre) son los de mayor incidencia de casos.
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Los años más calientes del 2000 (2005 y 2007) han sido los de mayor prevalencia de dengue. Por ello, el dengue es uno de los mejores indicadores del calentamiento global.
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Con respecto a la temperatura, las ciudades de Mayagüez, San Juan y Ponce se están recalentando.
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Existen islas urbanas de calor definidas en San Juan, Arecibo y Ponce e islas en desarrollo en Cabo Rojo, Mayagüez y Aguadilla. Las ciudades donde menos llueve son Ponce y Cabo Rojo.
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La costa húmeda del norte y del oeste se están desertificando y la costa árida del sur se está humedeciendo. La costa este mantiene una tendencia a quedarse igual.
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Los eventos del polvo del Sahara y de las partículas del volcán Le Sofriere en Montserrat afectan la salud respiratoria de la población en los meses de abril, agosto y septiembre.