top of page

Cambio climático: fenómenos climáticos extremos

Por: Dr. Rafael Méndez Tejeda, PhD.

Universidad de Puerto Rico en Carolina

FOTO PAG17.jpg

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) define “evento meteorológico extremo” como un episodio, suceso o evento meteorológico que es raro o infrecuente, según su distribución estadística para un lugar determinado. En la actualidad, la humanidad está experimentando una serie de fenómenos climáticos extremos (huracanes, tormentas, lluvias intensas, nevadas, olas de calor y de frío, sequías, entre otros) que ocurren en un mundo diferente del que conocieron nuestros abuelos y abuelas. La temperatura media de la atmósfera ha aumentado 0.75°C en menos de un siglo. Los océanos también se están calentando y el hielo polar se está derritiendo a un ritmo acelerado, al igual que muchos glaciares. Los episodios de lluvia, nieve intensa, incendios forestales, deslizamientos de tierra, entre otros, se han vuelto más frecuentes y los períodos secos son cada vez más prolongados. El aumento de estos fenómenos climáticos afectará grandemente la flora y la fauna de todo el planeta y muy severamente la región tropical.

La aceleración del cambio climático y la presencia de los fenómenos climáticos extremos es el resultado del aumento de las concentraciones de gases invernadero a partir de la Revolución Industrial, tales como el dióxido de carbono, el metano, los óxidos nitrosos y los clorofluorocarbonos en la atmósfera terrestre. Es lo que se conoce como calentamiento global.

Es importante señalar que al haber un aumento en la temperatura de los océanos y mares tropicales, se produce una mayor evaporación, lo que genera una mayor cantidad de nubosidad que, al ser distribuida por la circulación atmosférica en toda la primera capa de la atmósfera (troposfera), producirá en los trópicos lluvias de mucha intensidad, pero corta duración, mientras que en las altas latitudes (USA, Canadá, Europa, etc.) se precipitará en forma de nieve, causando frentes fríos y grandes nevadas. Por eso, los inviernos tenderán a ser más intensos y los veranos cada vez más cálidos, de acuerdo con los pronósticos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Por ejemplo, en los Estados Unidos se están registrando récords de temperaturas máximas con una frecuencia de más del doble que los récords de temperaturas mínimas y se han observado patrones similares en todo el planeta. En el año 1950, la relación entre días de calor y días de frío era de un día de calor por cada 1.09 día de frío (1 : 1.09). Ya en el año 2000 la relación ha cambiado totalmente. La NOAA reporta que por cada día de frío tenemos 2.04 días de calor (1 : 2.04). Esta tendencia aumentaría si el análisis se extiende a 2014. De acuerdo con la OMM, desde que se tienen registros históricos (1880) de temperaturas medidas con instrumentos, los 10 años más cálidos corresponden al siglo XXI, siendo el 2014 el año más cálido de ese registro. Esta Organización, después de haber reunido los principales conjuntos de datos internacionales, observó que la diferencia de temperatura entre los años más cálidos era tan solo de varias centésimas de grado, o sea, menor que el margen de incertidumbre. Las temperaturas medias mundiales del aire sobre la superficie terrestre y la superficie del mar en 2014 fueron superiores en 0.57 °C (1.03 °F) a la media a largo plazo de 14.00 °C (57.2 °F) del período de referencia 1961-1990. A modo de comparación, podemos decir que, según los cálculos de la OMM, en 2010 las temperaturas fueron superiores en 0,55 °C (1,00 °F) a la media y en 2005 en 0,54 °C (0,98 °F). El margen de incertidumbre se estimó en 0.10 °C (0,18 °F).

Cabe señalar que este análisis se basa en informaciones ofrecidas por algunos de los centros de mayor prestigio en la investigación, tales como el Centro Nacional de Datos Climáticos de la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA), la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), el Centro Hadley de la Oficina Meteorológica de Reino Unido y la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia de Reino Unido. El Instituto Goddard de Investigaciones Espaciales (GISS), entre otros, han confirmado abrumadoramente la tendencia a un aumento en los fenómenos climáticos extremos, así como diversas instituciones como la Universidad de Berkeley y la Universidad de Columbia, entre otras.

Hace más de 20 años que los pronósticos climáticos han planteado diversos escenarios sobre el clima del planeta, pero todos o casi todos han coincidido en que los fenómenos extremos van a aumentar en frecuencia e intensidad, por lo que es inminente la preparación para este nuevo escenario climático. Por otro lado, se han visto afectadas algunas anomalías climáticas estacionales en numerosas partes del mundo, tales como la Niña o el Niño. Resulta difícil atribuir explícitamente la causa de un fenómeno meteorológico extremo al fenómeno el Niño o la Niña sin tener en cuenta la influencia de otros factores. En la actualidad, se están llevando a cabo nuevas investigaciones para establecer de manera concluyente si el cambio climático provocará episodios más frecuentes e intensos que el Niño y/o la Niña.

Algunas personas investigadoras tales como Pielke Jr (2005), Raghavan y Rajesh (2003), Stern (2007), entre otras, han encontrado que en las últimas dos décadas la frecuencia y la intensidad de estos eventos se ha incrementado en comparación con las primeras décadas del siglo XXI. La relación entre intensidad de estos fenómenos extremos de acuerdo a sus hallazgos es sólida. Se estima que los océanos han absorbido alrededor de 20 veces más calor que la atmósfera durante el último medio siglo, provocando temperaturas más altas en aguas superficiales y profundas. Así ha sido confirmado por otras investigaciones, tales como las de Barnett y otros (2005) y Levitus, Antonov y Boyer (2005). El tener una temperatura de los océanos más alta es sinónimo de tener mayor combustible para la formación de ciclones tropicales de mayor intensidad. Hansen (2000) sustenta la hipótesis de que existe una relación positiva entre la intensidad de los ciclones tropicales y la temperatura superficial de los océanos.

Es preciso apuntar el impacto que los fenómenos climáticos extremos están causando y causarán en nuestra isla. En los últimos años hemos perdido decenas de metros de playas y costas, afectando el turismo y la pesca. De igual forma, la agricultura y la ganadería se han visto afectadas por las sequías. En el caso de la sequía, esto contribuye a un aumento en incendios forestales y a la pérdida de cientos de cuerdas de terrenos anualmente. El área de la salud también se ha visto impactada debido a que algunas especies de insectos, en especial los mosquitos, están haciendo de la isla su hábitat. Por otro lado, la presencia del polvo del Sahara y el aumento de los hongos y esporas impactan la salud grandemente.

Aunque no sabemos exactamente cómo cambiará la distribución de las temperaturas, la mayoría de los climatólogos coinciden en que, en promedio, el clima mundial seguirá calentándose. No obstante, para un meteorólogo se hace más difícil hacer una predicción a corto plazo que a largo plazo. Por tal razón, tenemos más incertidumbre en los pronósticos a corto plazo. Aquí es donde juega un papel determinante la climatología porque las predicciones se hacen a largo plazo, por su grado de certidumbre ser mucho mayor. Basándonos en la mayor certidumbre de la climatología, nos atrevemos a pronosticar que tendremos en el fututo cercano un aumento en la frecuencia de fenómenos climáticos extremos y de mayor intensidad, por lo que corresponde a la sociedad y a los gobiernos hacer política pública sobre adaptación, mitigación y resiliencia con el objetivo de minimizar los impactos que estos fenómenos ocasionarán en los años próximos.

bottom of page