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Arquitectura y cambio climático: muchas dudas sin contestar

Por: Dr. Fernando Abruña, FAIA Arquitecto

Según avanzamos en el tiempo, el Comité Intergubernamental de Cambio Climático va afinando sus modelos de simulación por computadora a través de algoritmos que reflejan los cambios en el planeta. Estos cambios se monitorean a través de diferentes instrumentos operados y manejados por múltiples instituciones académicas y de investigación. La experiencia nos ha enseñado que en todas las pasadas ocasiones en que se ha hecho una revisión del modelo para mejorar su confiabilidad, las predicciones basadas en estos son cada vez más sombrías. En pocas palabras, mientras más datos confiables entramos en modelos mejorados, mayor es la certidumbre de las predicciones... y ¡estas no son buenas!

Los términos que están comentándose más reciente y frecuentemente sobre los efectos del cambio climático en el planeta incluyen algunos como extinción masiva y catástrofes de proporciones continentales.

Imaginémonos por un momento, y para efectos del argumento, que, con un corto período de aviso, el Sol comenzara a salir por el Norte y a ponerse por el Sur, contrario a la experiencia milenaria de salir por el Este y ponerse por el Oeste… Las personas que nos involucramos en el diseño de edificios, que incluyen, entre otras, profesionales de la arquitectura, ingeniería y planificación nos guiamos, entre múltiples factores, por los elementos y ciclos de la naturaleza para poder diseñar edificios que estén en armonía y sintonizados con el medioambiente. Aunque este es un evento que presumiblemente no ocurrirá, es un ejemplo de lo radicales que pueden ser los efectos que ocasione el cambio climático en la práctica del diseño y construcción de edificios. Añada a esto, el impacto que estos cambios supondrían en los otros sectores que componen esta industria, incluyendo economistas, personas tasadoras, compañías financieras y aseguradoras, pero sobre todo, el sector consumidor.

A continuación hacemos un corto inventario de las dudas que nos surgen con relación a los posibles escenarios de mitigación en la arquitectura y planificación de ambientes construidos y naturales. Este inventario no es, por mucho, exhaustivo.

Según aumenten los niveles del mar por la expansión que supone un aumento en la temperatura del agua oceánica y por el descongelamiento de las capas polares, será necesario proteger nuestras costas, particularmente las más llanas, pues aumentos de tan solo un metro podrían suponer inmersiones de grandes áreas de litoral costero. Muchas de las áreas hoteleras y turísticas cercanas o de frente al mar serán impactadas enormemente. ¿Como lucirán estas instalaciones con DIQUES para proteger los espacios existentes? ¿Pierden o se afectan los atractivos turísticos de una playa que solo podrá verse y disfrutarse desde un segundo nivel porque a nivel de tierra el dique esconderá su belleza?

Según suba el nivel del mar, los embates de las olas serán mayores, ocasionando golpes fuertes y debilitantes contra muros existentes y un aumento en los efectos que potencialmente puede causar la erosión que se relaciona con estos. ¿Pueden afectarse los SISTEMAS DE CIMIENTOS de edificios (especialmente multipisos) que estén cerca de las costas? Podría ocurrir algún desplome por perder su capacidad portante los suelos que se ven afectados por esta erosión marina? ¿Mitigaremos esto con estructuras adicionales como riostras o pies de amigos de escala monumental? ¿Tendremos que construir ESTRUCTURAS ROMPEOLAS como las que se pueden ver ya instaladas en las costas de Panamá?

Se verán las nuevas estructuras más o menos cercanas al mar obligadas a levantarse sobre COLUMNAS Y ZOCOS para permitir el paso de las (futuras) olas por debajo de los espacios de uso y de vivienda? ¿Cuán alta debe proyectarse la altura de estas estructuras para considerar el fenómeno de las revisiones continuas que sobre los efectos de cambio climático hace el Comité Intergubernamental de Cambio Climático, según comentamos al inicio de este ensayo?

¿Que sucederá con aquellas instalaciones de infraestructura tales como las CENTRALES TERMOELÉCTRICAS del país que por necesidades de funcionamiento se han construido cercanas al mar para permitir hacer transferencias de calor entre la planta y las aguas del mar?¿Habrá que protegerlas, reformarlas, cerrarlas, reubicarlas? ¿Hemos desarrollado como país un plan para hacer estas transiciones?

¿Que sucederá con el AEROPUERTO INTERNACIONAL LUIS MUÑOZ MARÍN en Isla Verde? El contrato que se firmó con la empresa mejicana Aerostar Airport Holdings, que lo administrará hasta el año 2052, no trata en ningún lugar sobre el posible escenario de que las instalaciones estén sumergidas bajo el agua para la fecha en que caduca este contrato. ¿Tiene esta empresa algún plan de mitigación para este escenario? ¿Nos devolverán el aeropuerto inservible?

¿Como definiremos la ZONA MARÍTIMO TERRESTRE para determinar la distancia prudente entre las nuevas construcciones en las próximas décadas? ¿Debe ser esta una definición que introduzca algoritmos que permitan considerar los cambios en condiciones marítimas sin necesidad de tener que revaluar continuamente las distancias reglamentarias que deben pasar por procesos burocráticos de revisión y que pueden tomar más tiempo que lo que la emergencia climática nos permita?

¿Tendrán los HOSPITALES que revisar sus programas de diseño y prioridades de atención a sus pacientes con motivo de niveles más altos de humedad relativa y eventos de lluvias torrenciales que ya se pronostican? Estos pronósticos de cambio extenderán el período de gestación del mosquito aedes aegypti. ¿Tendremos salas más amplias, especializadas y dedicadas a atender posibles epidemias de Dengue y otras enfermedades similares?

¿Cómo se afectarán las PRIMAS DE SEGUROS que inciden sobre todas las propiedades que puedan ser afectadas por las lluvias torrenciales pronosticadas y que pongan en riesgo aquellas edificaciones que puedan estar en llanuras aluviales (“floodplains”) de los ríos (y otros cuerpos de agua) del país? ¿Cómo se afectarán los edificios, en general, para atender intensidades mayores de fuerza en huracanes. Las predicciones incluyen términos como súper-tormentas y súper-huracanes con potenciales daños de proporciones bíblicas. ¿Que medidas de seguridad adicional deberán tener las escuelas del país que actualmente se utilizan como refugios, para atender emergencias causadas por el cambio climático?

El concepto que se está utilizando en estos tiempos para describir cómo debemos reaccionar ante esta cantidad de interrogantes sobre cambio, que, repito, no es exhaustiva, es el de AMBIENTES CONSTRUIDOS RESILENTES. Este supone, de forma general, en el campo de la arquitectura e ingeniería, cómo diseñar y construir edificios que ya tengan incorporadas en sí, estrategias, tecnologías y protocolos que permitan afrontar estos cambios en el futuro, sin necesidad de hacer ajustes mayores, aumentando su vida útil y su presumible período de obsolescencia.

El futuro del planeta nos presenta una plétora de retos que requerirán no solo del esfuerzo conjunto y coordinado de todos los seres que nos involucramos en el diseño de ambientes construidos, sino, además, ejercitar nuestras habilidades creativas para encontrar soluciones apropiadas y viables que nos permitan extender nuestra estadía en esta hermosa nave espacial llamada Planeta Tierra. Trato de lograr este mandato a través de mi práctica profesional de arquitectura y sigo entusiasmado y deseoso de enfrentar y resolver el reto.

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