Manejo Integrado de Plagas en los Cultivos y Huertos Familiares
Por: Wanda Almodóvar
El manejo de plagas y enfermedades en los cultivos ha evolucionado para hacerse más sustentable. El uso excesivo de plaguicidas ha tenido como consecuencia la resistencia de las plagas y la contaminación de los cuerpos de agua superficiales y de los acuíferos. Por eso, actualmente, para producir frutas y hortalizas, se utilizan prácticas de manejo integrado que protejan la salud humana, la vida silvestre y el ambiente.
En la agricultura convencional, que favorece el monocultivo, las plagas son más persistentes debido a que se cultiva de forma continua en el mismo terreno por periodos extendidos. Se depende mucho de plaguicidas químicos para controlar insectos y enfermedades, pero las plagas crean resistencia y se hacen más difíciles de controlar. En los últimos años, sin embargo, ha resurgido en Puerto Rico el interés por consumir productos saludables. El costo de vida ha encarecido estos productos, por lo cual es muy recomendable producirlos en nuestro propio huerto. En el huerto familiar, se cultivan una gran variedad de hortalizas. El policultivo ayuda a que la presencia de plagas no sea persistente y su manejo sea más fácil.
El primer paso para tener un huerto saludable es identificar las enfermedades o plagas para escoger las prácticas de manejo que se utilizarán. En la página electrónica http://academic.uprm.edu/walmodovar, se encuentra información sobre cómo someter muestras para identificación de plagas. Además, se ofrece información de manejo de enfermedades en el huerto. Para identificación de insectos que pueden afectar sus hortalizas, puede acceder a http://academic.uprm.edu/ofarrill. También puede enviar fotos de sus plagas a wanda.almodovar@upr.edu para recibir recomendaciones sobre el manejo más adecuado de acuerdo con su problema particular.
La prevención es esencial si queremos mantener un huerto sano. Se deben sembrar variedades de hortalizas que muestren mayor resistencia a las plagas y semillas sanas y sin enfermedades. Si compra plántulas, debe asegurarse de que no tengan insectos o manchas en las hojas y que estén del tamaño y vigor adecuado para trasplante. Observe cualquier mancha nueva en las hojas o tallos que pueda ser síntoma de que algún hongo o bacteria esté enfermando sus plantas. Examine diariamente su huerto y tenga a la mano una lupa para observar insectos diminutos o las esporas o estructuras reproductivas de los hongos que le estén causando la enfermedad. Los insectos y ácaros se encuentran principalmente debajo de las hojas y en los renuevos. Mantenga bajas sus poblaciones de insectos realizando prácticas sencillas y ecológicamente amigables como eliminarlos de forma manual, colocar trampas amarillas y aplicar insecticidas bioracionales cuando sea necesario y siguiendo al pie de la letra las instrucciones de uso en la etiqueta del plaguicida.
Las plagas y enfermedades se diseminan con el viento, en plantas o en un medio de siembra infectado, en las herramientas, en el agua al regar o cuando llueve y en las actividades de poda, siembra o cosecha. Debe lavarse y desinfectarse las manos cuando maneje las plantas. Igualmente debe hacer con herramientas, tiestos o superficies contaminadas. Para minimizar las enfermedades, asegúrese de no regar excesivamente, tener un medio de siembra con buen drenaje y mantener una distancia apropiada entre las plantas para que fluya el aire y el follaje se mantenga seco. Elimine las plantas enfermas para que la enfermedad no se propague a las sanas.
Otra forma de prevenir plagas es manejar el entorno en que se cultivan nuestras hortalizas para favorecer que crezcan saludables. Mejore la fertilidad del suelo incorporando fertilizantes orgánicos. Las plantas resisten mejor el ataque de plagas y enfermedades cuando se les proveen todos los nutrientes esenciales para su crecimiento. Promueva la biodiversidad sembrando juntas hortalizas, plantas aromáticas y plantas de flores. Esto impide que las plagas lleguen a sus hortalizas con facilidad y se mantendrán más saludables. Se recomienda la siembra de cultivos de diferentes familias, con diferentes necesidades nutricionales y que se afecten por plagas y enfermedades diferentes para romper el ciclo biológico de la plagas.
El control biológico es muy importante en el manejo de plagas. Se deben mantener las poblaciones de insectos beneficiosos para lograr un control natural. Aprenda a identificarlos para que le ayuden en su huerto y no los elimine al controlar los insectos plaga. Siembre plantas que atraigan estos organismos beneficiosos. Los insectos benéficos más comunes en los huertos son las mariquitas, las crisopas, o león de áfido , los sírfidos, o moscas de las flores, y las avispas parasíticas.
Las plantas aromáticas tienen propiedades que repelen insectos. El Tagetes, o flor de muerto, y el ajo ayudan como repelentes de áfidos en varias hortalizas. Algunas son más efectivas si se siembran en los bordes del huerto, como el orégano, el romero, la manzanilla, la salvia y la ruda. Dentro de los surcos, se recomienda sembrar menta, albahaca, estragón, tomillo y ortiga. En las direcciones y http://articulos.infojardin.com/jardin/plagas-plantas-protectoras.htm y www.bricopage.com/plagas.htm encon-trará información sobre el efecto de estas plantas sobre las plagas.
Los plaguicidas se deben escoger de forma muy cuidadosa y usar los menos tóxicos con el fin de proteger la salud humana y el medio ambiente. Actualmente, se están produciendo plaguicidas de baja toxicidad como los bioplaguicidas que incluyen productos obtenidos de plantas y animales. Algunos ejemplos de insecticidas de baja toxicidad son jabones, aceites y productos microbianos como el Bacillus thuringiensis (Bt). Para información más detallada sobre insecticidas bioracionales puede referirse a las páginas http://epa.gov y http://academic.uprm.edu/ofarrill.
El ser humano debe aprender a manejar los recursos disponibles y beneficiarse de innumerables plantas que tienen propiedades repelentes o insecticidas. El uso de técnicas de manejo integrado es la mejor alternativa para producir hortalizas y frutos sin amenazar nuestra salud, el medio ambiente y los organismos vivos que lo componen.