LOS BIOFERTILIZANTES O INÓCULOS EN LA AGRICULTURA
Por: Evelyn Ortiz Avilés
Instituto de Permacultura de Puerto Rico
Los biofertilizantes son productos líquidos o sólidos que se generan a partir de microorganismos vivos que se encuentran en la naturaleza. Estos microorganismos son células latentes o vivas de cepas microbianas fijadoras de nitrógeno. Ayudan a incrementar la productividad del suelo debido a que aportan ácidos orgánicos, aminoácidos, antibióticos, enzimas, hormonas, minerales y una amplia variedad de vitaminas, que contribuyen al equilibrio y al enriquecimiento del suelo y de las plantas.
Estos son una buena alternativa para reducir el uso de fertilizantes químicos en los cultivos orgánicos, en primer lugar porque no dañan el medio ambiente y en segundo lugar porque son mucho más económicos que los fertilizantes químicos. Son potenciadores de diversos nutrientes que se utilizan para aplicar a las semillas o al suelo, para así aumentar las cantidades de nutrientes que pueden ser asimilados por las plantas. Al ser absorbidos a través de las hojas y por las raíces de las plantas, los biofertilizantes estimulan y fortalecen la protección de los cultivos contra ataques de aquellas enfermedades, insectos o plagas que puedan afectar, tanto a las plantas como al suelo. Se desarrollan a base de microorganismos (bacterias y hongos) benéficos del suelo. Están asociados con las plantas para ayudar a que se regenere el suelo a través de un proceso natural de nutrición. Se elaboran mediante la descomposición y la fermentación de materiales orgánicos como la melaza, semolina, etc., que activan los microrganismos que benefician al suelo. Los microorganismos se encuentran de forma natural en el suelo y sus funciones principales son las siguientes:
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Aumentar la productividad agrícola de un 20% a un 60%.
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Desarrollar la estabilidad de los agregados de los suelos cultivables.
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Estimular el crecimiento del sistema radicular de las plantas.
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Fijar en las plantas el nitrógeno que se encuentra en el medio ambiente para alimentarlas.
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Incrementar la absorción y la solubilización de nutrientes (fósforo y zinc), que de otra manera no son asimilados por las plantas.
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Mejorar y regenerar el suelo
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Producir sustancias beneficiosas en la zona rizosférica de las plantas.
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Proteger las plantas de microorganismos patógenos del suelo que las puedan afectar.
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Reciclar los residuos orgánicos.
Algunas de las ventajas en el uso de los biofertilizantes son:
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Asimilan mejor los nutrientes.
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Benefician al crecimiento y rendimiento de los cultivos.
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Fijan el carbono en el suelo.
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Fijan el nitrógeno atmosférico.
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Mejoran la biología del suelo.
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Mejoran la capacidad de absorción de agua.
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Mejoran la germinación de la semilla.
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Cuestan menos comparados con los fertilizantes químicos.
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Cuesta menos su aplicación y distribución.
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Necesitan menos energía para su elaboración.
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No causan daño o enfermedades a los animales, al ser humano, ni a las plantas.
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Permiten se aproveche los residuos orgánicos.
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Promueven el crecimiento de las raíces.
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Recuperan la materia orgánica del suelo.
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Solubilizan el fósforo insoluble presente en el suelo.
Los componentes principales de un biofertilizante son, aproximadamente: fósforo 4%, nitrógeno 10% y potasio 3%. El % de estos componentes va a depender de la calidad de los materiales que se utilice en la elaboración del biofertilizante o inoculante.
Desventajas:
Si no están adecuadamente tratados, pueden ser una fuente de patógenos para las plantas.
El uso de los biofertilizantes está aumentando debido a la actual demanda de alimentos orgánicos, sanos y de buena calidad para el consumo humano. También debido a la concienciación en el cuidado del ecosistema y del medio ambiente. El consumo mundial de fertilizantes crecerá un 1.8% anual hasta 2018, según un nuevo informe de la FAO Tendencias y perspectivas mundiales de los fertilizantes para 2018. Al mismo tiempo, “la capacidad global de producción de fertilizantes, productos intermedios y materias primas seguirá aumentando”, según el estudio. A medida que el potencial para producir fertilizantes supere su uso, el balance potencial mundial –un término técnico que mide la cantidad disponible sobre la demanda real- crecerá para el nitrógeno, fosfato y potasio, los tres principales fertilizantes del suelo. El uso mundial de nitrógeno -con diferencia el elemento básico entre los fertilizantes-, se prevé que aumente un 1.4 por ciento cada año hasta 2018, mientras que el uso de fosfato se incrementará un 2.2 por ciento y un 2.6 por ciento el de potasio. En comparación, se espera que la oferta de esos tres importantes elementos crezca un 3.7, un 2.7 y un 4.2 por ciento anual, respectivamente, según el informe de la FAO.
El uso de los biofertilizantes y su aplicación en los cultivos agrícola es una manera efectiva de mejorar el suelo, nutrir las plantas, reducir el uso de fertilizantes químicos que dañan el medio ambiente y de reducir los costos hasta un 90%. Esto es una buena razón para aumentar y prolongar la vida del suelo y obtener un mayor rendimiento en los cultivos.